domingo, 3 de septiembre de 2017

Fernando Conde Torréns y el mayor milagro de la historia

Fernando Conde Torréns y «un hallalo sin buscalo» 


En su delirio por conseguir compradores para su libro 303, año en que inventan el cristianismo, este señor es capaz de meter los pies en cualquier charco. En su deriva ha dado con un gran milagro

En una de las muchas entrevistas que ha conseguido, siempre en campo amigo, y después de pontificar su pretendido descubrimiento de la falsedad irrefutable de los Evangelios, le comentan que se supone la ignorancia, durante estos XVII siglos, de la Iglesia Católica y demás cristianas, sobre tan monumental timo


Contesta el Sr.  Conde: 


«Negativo. El texto que escribieron Lactancio o Eusebio es lo que yo llamo “texto primario”. Cuando se descubrió que existían acrósticos de “Simón” se ordenó que se destruyeran todas las copias en los conventos, cenobios e iglesias. Entonces, en la época de Teodosio, surgieron los textos secundarios: el Sinaiticus y el Alejandrinus, el Vaticanus y otros en papiro que pueden existir. Los primarios se queman y sólo quedan los secundarios. Lo que pasa es que con dos textos secundarios se puede reconstruir el primario, tal y como explico en el libro»


Todo esto ocurrió inmediatamente de Nicea. ¿Pueden observar el «gran milagro»?



  • Creo que el más ingenuo y con menos malicia de los humanos puede digerir esta «bola».
  • ¿Cómo es posible ocultar durante 1700 años este fraude
  • ¿Es que las iglesias cristianas no están formadas por humanos? 
  • ¿Acaso los de Nicea eran marcianos? 
  • ¿Dónde estaban los...?:


  1. Renegados, apóstatas, ambiciosos, codiciosos, resentidos...  
  2. Amantes de la verdad, honrados, íntegros, irreprochables, leales a sí mismos... 

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