jueves, 31 de agosto de 2017

¿Qué le pasa a mi Pamplona?


En su día escribí Qué bien huele Pamplona, hoy no puedo repetir aquel piropo. ¿Qué ha cambiado? 

En mis paseos matinales, cuando llegas a una zona de contenedores de basura, el aire se hace irrespirable y el olor a podrido «casi se mastica». No encuentro otra explicación sino que la recogida y  limpieza de los mismos se hace con menos frecuencia. A quien haya decidido tal disparate, esta falta de sensibilidad, dice muy poco de un dirigente.

Otro encuentro desagradable es cuando pasas por alguna pequeña obra de mantenimiento o reparación, a veces no tan pequeña, y se emplean máquinas con discos para cortar baldosas o adoquines, levantan un polvo que no parece agradar a nuestros pulmones. Quizás esto sea hilar demasiado fino, siempre habrá algún modo de evitarlo dando un rodeo, pero, no es aquí el paseante quien me preocupa, son los operarios que realizan la labor sin protegerse con una mascarilla. 

¡Qué pasa! ¿En esta ciudad ya nos importa un pito la seguridad e higiene de los trabajadores? ¿Echaremos en falta a responsables de tiempos pasados que eran mejores? O nos quedamos con nuestra nostalgia. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario